El parador, de arquitectura isleña, invita al huésped a disfrutar de su entorno paradisíaco y a contemplar inmejorables vistas sobre el océano, con la isla de Tenerife y el Teide al fondo. Las acogedoras habitaciones, la piscina y el jardín, exuberante y pródigo en especies subtropicales, son algunos de los atractivos.